La necesidad de una pericia depende del avance del proceso y de la estrategia legal definida. Puede requerirse antes de presentar una demanda —para sustentar daños patrimoniales como daño emergente o lucro cesante—, durante el juicio por orden del juez o árbitro, o tras un laudo arbitral para calcular intereses legales. Cada situación exige un perito o equipo especializado —contable, económico, financiero o de ingeniería— que garantice objetividad, rigor técnico y respaldo legal en el dictamen.
